
La terapia es un espacio abierto, cuyos participantes no están definidos de antemano. Un terapeuta sistémico y/o postmoderno frecuentemente les pregunta a sus clientes con quién han hablado sobre sus preocupaciones y qué impacto han tenido estas conversaciones. Se abre la posibilidad de invitar estas personas al espacio terapéutico, si el cliente / los clientes lo desean así. Por ejemplo, si una pareja habla mucho sobre sus hijos en la terapia, se puede abrir la posibilidad de invitarlos a una o varias sesiones. Se puede incluir a cualquier persona que los clientes consideren significativa en relación con la situación que están tratando. Sin embargo y desde mi experiencia también existen muchas personas que prefieren mantener este espacio sin compartirlo con otros, lo cual es igual de válido y totalmente decisión del cliente. Alguna guía práctica puede ser: TERAPIA FAMILIAR: En las sesiones se suele trabajar con varios miembros de la familia, sin embargo si es necesario se realizan también sesiones individuales o por ejemplo se invita los padres a asistir a las sesiones sin sus hijos. TERAPIA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES: La primera sesión se suele llevar a cabo con los padres y/o cuidadores primarios del joven / de la joven en cuestión para conocer el motivo de consulta. Dependiendo de la edad se realizan sesiones individuales y en conjunto con los padres. De acuerdo a los requerimientos del caso se incluyen también a otras personas de la familia (hermanos, abuelos) en la terapia. TERAPIA DE PAREJA: Generalmente se realizan las sesiones con ambas partes de la pareja. Si el terapeuta considera beneficioso que cada uno tenga una(s) sesión(es) individual(es) para trabajar sobre su propia posición e historia, se consulta con la pareja para llegar a un acuerdo. TERAPIA INDIVIDUAL: Normalmente el trabajo se lleva a cabo entre cliente y terapeuta, pero se pueden planear sesiones donde se invitan la familia, amigos u otras personas significativas para incluir su perspectiva e visión del problema a la terapia para así enriquecer la comprensión de la situación.

Respecto a la duración del proceso, las terapias sistémicas y posmodernas son muy flexibles. La terapia puede ser breve (aproximadamente de 6 a 20 sesiones) o puede prolongarse a varios años. Los clientes pueden decidir si quieren ver al terapeuta cada semana, cada 15 días, cada mes o esporádicamente en el transcurso del tiempo. Generalmente el cliente decide si y cuándo quiere volver a ver al terapeuta. Habitualmente la frecuencia de las reuniones se determina dependiendo de la situación del problema (¿es una problema agudo o no?, ¿afecta o no la salud o integridad del cliente?), el momento del proceso terapéutico (muchas veces se agendan citas más frecuentes al inicio del proceso), y las necesidades específicas del cliente.